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La Semana Santa en Chequia estaba relacionada con muchos platos típicos de esta época del año: el Miércoles de Ceniza se comía „trhanec” (comida debía de tener un aspecto feo y no bien cuajado), el Jueves Santo (para los checos el Jueves Verde) se debía cocinar algo verde (se utilizaba mucho perejil, espinaca u otiga en la elbaoración de los platos), el Viernes Santo, el día de la vigilia, se preparaba pescado o sopas muy contundentes, y el Sábado Blanco, „mazanec” (pan redondo dulce hecho de masa de levadura). El Domingo de la Resurrección, el día de la culminación de la Semana Santa, no podía faltar la carne al horno. Y quién no podía permitirse la carne, preparaba el cordero de masa dulce - „beránek” (hecho de masa de bizcocho, espolvoreado con azúcar glas y bañado en chocolate). El Lunes de Pascua se consumía comida a base de huevos ya que el huevo era el símbolo de renacimiento, de algo nuevo que acababa de empezar.
De todos los platos que acabamos de contar, hemos elegido la receta más clásica y muy sencilla. Se trata del relleno con carne ahumada con hierbas frescas. La preparación es fácil, basta con seguir nuestros pasos.
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